Chispita Agrícola, finca modelo ubicada en El Cristo de Aguadulce, provincia de Coclé, se ha consolidado como un referente en la transformación del sector agropecuario panameño y centroamericano gracias a su apuesta por la innovación agrícola sostenible, la generación de empleo local y la transferencia de conocimientos hacia productores de la región.
Con más de 50 hectáreas en funcionamiento y un grupo de 25 trabajadores, la finca se ha transformado en un espacio experimental activo de prácticas sostenibles que integran la agricultura orgánica, la ganadería de precisión y la formación en agrobiología.
Un enfoque de cultivo sostenible
Bajo la dirección de Juan José Zonta, quien es el presidente de Agrícola Chispita, la finca ha adoptado métodos que disminuyen la utilización de productos químicos, favorecen la calidad del suelo y fomentan la seguridad en los alimentos.
Estamos convencidos de que el porvenir de la agricultura en Panamá y Centroamérica se basa en la innovación sostenible. En Chispita Agrícola, nuestro objetivo es mostrar que se puede alcanzar una producción de alta calidad mientras se protege la tierra, el agua y la comunidad”, señaló Juan José Zonta.
Entre los proyectos más destacados se encuentran la elaboración de compost orgánico, el progreso de cultivos resistentes y la incorporación de un laboratorio agrobiológico que estudia soluciones naturales para la protección de las plantas.
Avances con repercusión en la región
El esfuerzo de Chispita Agrícola no se restringe solo a la producción agrícola. Mediante su modelo de extensión rural, la organización se ha destacado como un aliado estratégico para otros productores en Panamá y Centroamérica, compartiendo experiencias y ofreciendo capacitación en prácticas agrícolas efectivas.
“No es únicamente cuestión de aumentar la producción, sino de mejorarla. Deseamos que nuestros progresos favorezcan a toda la zona, ya que la sostenibilidad es un trabajo conjunto que va más allá de los límites geográficos”, declaró Juan José Zonta.
La propiedad trabaja junto a organizaciones como el Instituto de Innovación Agropecuaria de Panamá (IDIAP) y empresas privadas, promoviendo iniciativas de investigación práctica, capacitación de especialistas y creación de campos de demostración.
Contribución económica y social
Chispita Agrícola proporciona trabajo constante para las familias de Aguadulce y áreas próximas, ayudando al progreso regional con trabajos decentes en el área rural. Además, sus iniciativas de formación pretenden motivar a las nuevas generaciones de agricultores y estudiantes universitarios para que vean el campo como un lugar de innovación y negocios.
“Nuestra responsabilidad social empieza en casa, ofreciendo empleo formal en áreas rurales, pero también va más allá: queremos que la juventud vea la agricultura como un sector de futuro, con ciencia, tecnología y propósito”, añadió Juan José Zonta.
Mira hacia el porvenir
De cara a los próximos años, Chispita Agrícola proyecta expandir su alcance en Centroamérica a través de alianzas para exportación de productos sostenibles y transferencia de conocimientos. Su meta es convertirse en un hub regional de innovación agropecuaria, con énfasis en agricultura regenerativa, economía circular y energías limpias aplicadas al campo.
“Soñamos con que la agricultura en Centroamérica sea más competitiva, humana y sostenible. Panamá tiene la posibilidad de ser un modelo de cómo la innovación puede convertir la agricultura en un motor de desarrollo económico y social”, finalizó Juan José Zonta.